Un paso clave para disfrutar de un buen mate, como se debe.

El mate es más que una bebida: es compañía, charla y tradición. Pero antes de empezar a cebar, hay un ritual que no podés saltear: curarlo por primera vez. Cada mate es diferente, y cada uno tiene su manera de curar el mate. Ya sea yerba usada, manteca, whisky y hasta con fuego.
Este proceso prepara la calabaza (o el material del mate) para que dure más, no se quiebre y mantenga su sabor natural. Si lo hacés bien, te va a acompañar por muchos años.

¿Por qué hay que curar el mate?

Los mates artesanales están hechos con materiales naturales, principalmente calabaza, que absorbe humedad y sabor. Curarlo ayuda a:

  • Cerrar los poros del interior del mate.

  • Evitar filtraciones o que se agriete.

  • Lograr un gusto más parejo y suave, sin ese amargor fuerte del primer uso.

 

Paso a paso para curar tu mate de calabaza

1. Limpialo bien

Antes de empezar, enjuagá el interior con agua tibia (sin jabón) para sacar restos del interior natural de la calabaza.

2. Llenalo con yerba usada y agua temperatura mate

Usá yerba húmeda del último mate del día y completá con agua temperatura tibia.  Ni fría ni hirviendo, hasta el borde. Dejalo reposar 8 a 12 horas.

3. Vaciá y raspá suavemente

Pasado ese tiempo, vaciá el mate y con una cuchara raspá suavemente las paredes internas para sacar los restos sueltos de la pulpa. No uses cuchillos ni nada filoso.

4. Repetí el proceso

Volvé a llenarlo con yerba usada y agua tibia, y dejalo otras 24 horas.
Así asegurás que se asiente bien el interior.

5. Secalo naturalmente

Vaciá el mate y dejalo secar boca abajo, en un lugar ventilado.
No lo pongas al sol directo ni cerca del fuego, porque puede deformarse o rajarse.

Listo para el primer mate

Después de estos pasos, tu mate ya está curado y listo para acompañarte en cada ronda.
A partir de ahora, no lo laves con jabón, solo enjuagalo con agua y dejalo secar.
Y si lo usás seguido, mejor: los mates bien usados se curan cada vez más.

Nuestro consejo 

Si querés que tu mate dure años, respetá su ritmo. Cada uno tiene su historia, su color, su aroma. No hay dos mates iguales. Cuidarlo es parte del ritual, una forma de conectar con lo artesanal y con nuestra tradición argentina

Hecho a mano, con alma.
Así son nuestros mates, y así empieza la historia del tuyo.